Colegio Chile y su experiencia en TRM de las Universidad Católica.
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Maricielo Rodríguez, alumna de tercero medio de Colegio Chile y su experiencia en TRM de las Universidad Católica.
El taller de razonamiento matemático (TRM), es una actividad de extensión organizada por la Facultad de Matemáticas de la Pontificia Universidad Católica de Chile y consiste en un curso de razonamiento matemático que está dirigido a estudiantes talentosos de 2º medio con un alto interés en desarrollar sus habilidades. Está diseñado para aportar al conocimiento matemático de los alumnos en facetas distintas a las que se consideran en el currículo de enseñanza media y preparación para la PSU. En el Taller se transmite a los alumnos por medio de una serie de desafíos matemáticos y dinámicas participativas en las que se enfrentan a problemas de ingenio de un nivel de profundidad que no se alcanzaría normalmente en el currículo del colegio, cuya resolución exige de parte de los alumnos la formulación de sus propias estrategias. Pueden postular alumnos de segundo y tercero medio recomendados por sus profesores o autoridad del colegio. Fue así como a inicios del año 2017 el profesor de matemática del ciclo de educación media, José Alfaro, habló con algunos estudiantes del segundo medio, invitándolos a participar del programa. Una de las alumnas fue Maricielo De Los Ángeles Rodríguez Chira, quien actualmente termina tercero medio “D”. Después de dos años, finalmente egresó del programa y nos da algunas impresiones de su experiencia.
Maricielo recuerda cuando completó el proceso de inscripción: “llenamos la ficha de postulación con mi profesor en la plataforma, entre 1400 postulantes. Una tarde después de entrenar Voleibol me encontré con la respuesta afirmativa en mi correo, Al viernes siguiente en el mes de mayo se hizo la ceremonia de inauguración del programa en la casa central de la universidad Católica. Allí entre 400 alumnos con sus respectivas familias, nos indicaron aspectos generales de las clases. El profesor que dirigió la ceremonia nos adelantó que no sería fácil aprobar, pero nos recomendó que no perdiéramos la motivación por aprender y sobre todo que nos esforzáramos mucho, focalizándonos en el gusto por la matemática. Con el tiempo lo comprobé: Muchas veces me sentí desorientada, extenuada por las jornadas de trabajo y por lo complejo y extenso de los ejercicios y desafíos, lo que finalmente, al término del año permitió que se desarrollara en mí cierto gusto por los desafíos exigentes. El segundo año solo continuaron 150 estudiantes, debido a no responder a las exigencias del programa. Desde las primeras sesiones del segundo año nos dimos cuenta que los ejercicios se hicieron más complejos, así como del hecho que al profesor que me correspondió, le entendía cada vez menos. Así y todo no dejé de estudiar y asistir, siempre con el apoyo de mi profesor de colegio que me atendía las dudas que se me presentaban y salí adelante. Ahora que miro hacia atrás estos dos años me siento más responsable, más segura y creo que mi forma de pensar se hizo más madura. Hoy puedo decir con satisfacción que las matemáticas fundamentalmente entregan formas eficientes de resolver problemas en la vida cotidiana. Hace un par de semanas el programa tuvo el cierre de las clases en una convivencia en que compartimos pizza y bebidas. El 27 de noviembre se desarrolló la ceremonia de entrega de diplomas en el Aula Magna de la sede San Joaquín, con asistencia de los profesores, las autoridades de la Universidad y nuestras familias. Uno de los profesores que se encuentra en Inglaterra estudiando un doctorado nos envió un saludo mediante un video llamada, lo que fue muy emocionante.
A algunas semanas de terminar el programa, cada vez más me convenzo de la importancia del pensamiento matemático en todos los ámbitos de la vida. Personalmente quiero estudiar una carrera que no es precisamente de esa área, pues quiero ser médico, sin embargo las herramientas aprendidas en el programa y en el colegio son muy importantes para desarrollar mi pensamiento. Por lo anterior agradezco a don José Alfaro por haberme patrocinado, así también al colegio, mi familia y al programa, por todo lo aprendido. Aprovecho esta oportunidad para saludar a mis compañeros de ciclo, les recomiendo que aprendan a trabajar en grupo, pues descubrí que de esa forma se aprende más, cuando los contenidos son extensos y difíciles. Les pido que se esfuercen más, que luchen por sus sueños, que se puede lograr lo que uno se propone pues hay muchas oportunidades, pero hay que tomarlas en el momento justo. Todo tiene solución, pero hay que poner empeño en lo que se hace. A mis compañeras de vóley, pues soy parte de la selección del colegio, les pido disculpas, pues me resté de muchos partidos y entrenamientos, por estos compromisos adquiridos, pero debo reconocer que el deporte es muy importante por la exigencia que tiene. A mi familia le agradezco la formación y el valor del trabajo, que el esfuerzo no se compensa con dinero, sino con atención y cariño a toda prueba”.